Aquí no valen los “mi vida es un asco” ni las ganas de morirse, ni
las lágrimas, ni las tristezas, ni los malos recuerdos, ni los viernes
quedándose en casa y las quejas a primera hora de la mañana.
No valen las caras largas, las discusiones,
las ojeras, los malos recuerdos y las depresiones. Para ser feliz, solo hay que
querer ser feliz y encontrar motivos para serlo. ¿Ves eso de ahí delante?, se
llama vida y está esperando a que la conquistes.
Te queda un largo camino por recorrer para terminarla, así que
deja de pensar en quien no se lo merece, deja de darle oportunidades a quien no
las sabe aprovechar, deja de intentar que todo el mundo sea feliz y seas tú el
que siempre acabe fastidiado, porque a veces nos olvidamos de lo más
importante: ser uno mismo.
Diviértete, se tu mismo y si a la gente no le
gusta… ¡que se fastidien!, no cambies por ellos porque seguro que ellos no lo
haría por ti, que tienes amigos que te aprecian tal y como eres, y que tú vales
mucho.
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