Quizá
no he de olvidarte, pero te digo adiós.
Quizá
no me querías, quizá no te quería, quizá nos quisimos demasiado los dos. Pero
te digo adiós.
Te digo adiós para siempre, aunque siempre
te recordaré. Te digo adiós como quién dice perdón. Ambas son palabras
difíciles de pronunciar, pero sé que tengo que hacerlo.
A
lo mejor no es la mejor solución. A lo mejor debería darte otra oportunidad. A
lo mejor las cosas saldrían mejor si no lo hiciese. Pero te
digo adiós.
Antes te decía "adiós" cada
noche. Cada vez que me despedía de ti. Pero sabía que no iba a ser el último.
Esta vez es distinto. Ahora es el definitivo. Ya no va a haber más
"adiós". Porque me voy. Me voy para siempre.
Es
posible que creas que es una mala decisión. Es posible que tengas razón. Es
posible que me arrepienta de haberte abandonado. Pero te digo adiós.
ADIÓS.