viernes, 2 de agosto de 2013

Una etapa más.



La infancia. La infancia es un periodo que no sé exactamente hasta que edad dura. Pero lo que sí sé es que en esa etapa de la vida se viven momentos que no se viven en ninguna otra.

Se juega con muñecas, se hace de peluquera y maquilladora retocando cada una de las barbies, se montan grandes batallas en las que participan diferentes clases de soldados y se organizan viajes en avión y barco que recorren toda la casa.

Y es que con un simple juguete se es feliz. Y a veces incluso sin nada entre manos, tan solo con tener un poco de imaginación y un espacio en el que poder llevar a cabo tus ideas, puedes mantenerte felizmente ocupado una tarde entera.

Y qué decir de cuando no se está solo. Cuando se tiene gente alrededor con quién jugar. Eso es genial. El poder experimentar con los pelos de las chicas creando e innovando todo tipo de peinados, organizar carreras de coches por todo el pasillo o jugar al famoso ‘papás y mamás’.

Todo se reduce a un baúl o armario en el que guardan los juguetes y los mayores secretos. Es como un baúl mágico. Está siempre inmóvil, pero cuando un niño lo abre para jugar con lo que hay dentro, cobra vida y viven grandes aventuras de la mano de niños inocentes.

Niños inocentes que cuando se les cae un diente lo dejan debajo de la almohada con la esperanza de levantarse al día siguiente con algún regalo. Niños que esperan con ilusión la noche del cinco de enero para poder ver a los Reyes Magos y no poder dormir esa noche con la emoción de los regalos.

Levantarse el seis de enero con una sonrisa, abrir la puerta del salón, comprobar que se han bebido la leche y empezar a abrir los regalos de tres en tres. Y una vez abiertos todos, llamar a tus padres y decirles que te ayuden a abrir las cajas de juguetes porque quieres estrenarlos ese mismo día.

Y es que en esta etapa de la infancia parece que todo puede hacerse realidad. Desde los cuentos de princesas y guerreros hasta los mayores deseos. Parece que todo se desarrolla en un escenario idealizado, un escenario en el que todo parece ir sobre ruedas.